Un gesto simbólico
El primer paso no sirve para nada. El primer paso es solo un símbolo. El primer paso es todo.
¿Cuántas veces estás intentando hacer ejercicio y lo dejas? ¿Cuántas veces dejas para luego escribir tu novela soñada? ¿Cuántas veces mandas tus sueños al país de nunca jamás? ¿Cuántas veces estás quieto bajo tu mantita esperando que te proteja de los zombies de las películas?
Mientras la vida sigue viviendo sola
Todo (re)nace con un gesto
Un paso, el primer paso es solo un gesto, solo un símbolo, una pura nada. Es como la cruz en el cruce de caminos, un trapo como la bandera, una sonrisa que desaparece en un latido, una sombra, la céntesima de la salida, a cien metros eternos de la meta.
Los símbolos, los gestos son ridículos, ineficacies, no sirven para nada. Antes de correr un minuto estabas tan gordo como ahora. Antes de estudiar una pregunta ibas a sacar la misma nota que ahora.
El símbolo es tan real como la magia.
Y luego desaparece, y se ha ido y ya no está. Y puedes reirte de tí mismo. Porque no, no ha servido para nada.
Lo extraño, lo inesperado, aparece después, quizás al día siguiente, quizás en el ahora mismo; que después de escribir una palabra, correr un minuto, estudiar una pregunta o sonreír un segundo, después de esa nada, viene otro palabra, otro minuto, otra pregunta y otro segundo y entonces, por pura magia, escribes, corres, estudias, sonríes y renacen tus sueños
Un símbolo
Una nada
Tan pequeña que no puedas temer
Ahora
Sí, ahora
Una palabra
Estudia una pregunta
Sonríe
Da un segundo de vida a tu sueño
Quizás sea el comienzo de una nueva esperanza
Foto CC -by Eugene Beckes