Precipicio, poema
precipicio
el mar arranca sus olas
las piedras callan
Hablaremos de la muerte, como deberemos hablar del nacimiento. Si es que tiene algún sentido hablar de la vida, lo tendrá también hablar de sus dos límites, hablar del sentido de la vida es hablar del sentido de la muerte y viceversa.
Una propuesta particularmente popular es que la muerte carece de sentido; es sencillamente una desgracia que pone fin a una situación querida. Desde ese punto de vista la única reflexión que puede hacerse de la muerte es aprovechar la vida para asegurarse que se ha vivido antes de morir.